Cuando los investigadores catearon la casa y la propiedad de John Edward Robinson en Kansas en junio del 2000, descubrieron dos barriles grandes, cada uno con el cuerpo de una mujer muerta. Los funcionarios determinaron más tarde que eran los cadáveres de Izabela Lewicka y Suzette Trouten.
Robinson alquiló dos unidades grandes en una instalación de almacenamiento en Missouri y rápidamente se descubrió que habían sido usadas para almacenar dos barriles más, con un total de tres víctimas. Dentro de los barriles, Robinson había colocado los cadáveres de Sheila Faith y su hija adolescente Debbie, así como el cadáver de Beverly Bonner. Después de examinar los restos de las víctimas, los expertos médicos determinaron que habían sido asesinadas por golpes en la cabeza.
Robinson asesinaba principalmente por razones financieras. Utilizando estratagemas elaboradas tales como prometerles trabajos con altos salarios, se dirigía a mujeres de diferentes edades; durante los asesinatos posteriores a 1993, utilizó la Internet para hacerlo. Después de conseguir que firmaran por dinero o algún otro activo, él las mataba con uno o dos golpes en la cabeza usando algún tipo de arma contundente, como un martillo. Para las últimas cinco víctimas, él eliminó sus cuerpos depositándolos en barriles químicos. Cómo se deshizo de los tres primeros se desconoce ya que ninguno de sus cuerpos han sido encontrados y Robinson se ha negado a revelarlo.
Robinson fue acusado de múltiples cargos de asesinato. En el 2002 fue juzgado por los asesinatos de Lisa Stasi, Suzette Trouten e Izabella Lewicka, así como por otros cargos. El juicio, que duró seis semanas, fue el juicio penal más largo en la historia de Kansas, y resultó en Robinson siendo condenado por todos los cargos.
Robinson también se enfrentó a cargos de asesinato en Missouri, y finalmente se declaró culpable de matar a Beverly Bonner, Paula Godfrey, Debbie y Sheila Faith, y Catherine Clampitt. Recibió múltiples penas de cadena perpetua por los asesinatos, así como dos sentencias de muerte.
En el 2005 Nancy Jo Robinson pidió el divorcio después de 41 años de matrimonio, citando incompatibilidad y diferencias irreconciliables.
En el 2006, la hija de Lisa Stasi -conocida desde su “adopción” como Heather Robinson- presentó una demanda civil contra el Truman Medical Center en Kansas City y la trabajadora social Karen Gaddis. La demanda acusó a Gaddis de poner a John Robinson en contacto con Stasi y su hija recién nacida en 1984, después de decirle a Gaddis que dirigía una organización benéfica que brindaba asistencia a “madres solteras de bebés blancos”. En el 2007, Heather Robinson y el hospital llegaron a un acuerdo por una suma no revelada, de la cual Robinson dijo que se dividiría con su abuela biológica, Patricia Sylvester. Heather Robinson ganó un segundo juicio, en el 2007, impidiendo que John Robinson se beneficiara de cualquier potencial venta de libros o derechos cinematográficos.
En el 2006 el cuerpo de una mujer joven fue encontrado en un barril en un área rural de Iowa donde Robinson supuestamente tenía un socio comercial. La identidad de la víctima -cuyos restos, dicen expertos forenses, podrían haber estado en el barril durante 20 años o más- y la posible participación de Robinson siguen siendo preguntas abiertas.
