Manuel Pardo, el “policía de día y asesino de noche” como según lo han puesto varios medios, puede jactarse de tener un perfil criminal atípico. Un perfil además de tan especial que uno sólo puede preguntarse acerca de las similitudes con el de otro depredador, en este caso, de ficción: Dexter Morgan, el asesino en serie metódico y escalofriante de la serie de televisión homónima.
¿Y si los escritores fueron inspirados por el apodado “Manny” Pardo, para desarrollar el complejo personaje de la serie? Aunque ellos lo niegan, los dos “personajes” comparten, de hecho, algunas similitudes. “Manny” Pardo, de 56 años, nunca se arrepintió de sus nueve víctimas. Todos eran según él, “parásitos de la sociedad”, narcotraficantes que, de acuerdo con sus criterios, merecían morir. Al igual que el personaje de la serie, el ex-soldado dice que tenía la misión de salvar a la humanidad. “Libré a la comunidad de estas alimañas. Técnicamente, no los asesiné porque no eran seres humanos”, decía Manuel Pardo durante su juicio.
Lejos de ser un oficial de policía por encima de toda sospecha como Dexter, que incluso había recibido las felicitaciones de sus superiores después de revivir a un niño por medio de resucitación cardiopulmonar, Pardo cruzó la línea roja rápidamente. Fue en enero de 1986 que Manuel Pardo Jr. pasó a la acción por primera vez, después de haber sido despedido de la policía por falso testimonio. Dos meses después, el Departamento de Policía de la ciudad de Sweetwater lo contrató para patrullar los suburbios de Miami. En 1981, Pardo fue acusado por el Fiscal General junto con otros tres colegas por una serie de casos de brutalidad policial. Estos cargos se desestimaron, pero Pardo es despedido el 21 de enero de 1985 después de ir a las Bahamas para testificar a favor de un oficial de policía involucrado en el tráfico de drogas. Sin trabajo, Pardo entra en el mundo de los estupefacientes y se convierte en el hombre de confianza de Ramón Alvero, también conocido como “El Negro”.
El 22 de enero de 1986, Manuel Pardo y su cómplice Rolando García fueron a la residencia de Mario Amador, supuestamente para comprar dos kilos de cocaína. Planeaban asesinar a Mario Amador y robarle la droga. Llegan a su casa con un maletín que contenía una pistola calibre 22 semiautomática, equipada con un silenciador, y mientras Mario Amador estaba ocupado con la cocaína, Pardo le dispara.
El 28 de enero de 1986, Pardo y García se encontraron con Michael Millot, un armero que les proporcionó varios silenciadores. Parece que Pardo, después de saber que Millot era un informante del gobierno federal, comenzó a preocuparse de que Millot pudiera tenderle una trampa. Pardo y García atrajeron a Millot al interior del vehículo y Pardo le disparó en la cabeza. Se deshicieron del cuerpo en un lugar aislado.
La historia se repite el 27 de febrero de 1986, cuando Pardo y García son enviados por su jefe a comprar tres kilos de cocaína a Luis Robledo. Después de llegar al apartamento de Robledo, Pardo entra al baño, donde saca su calibre 22 que todavía tiene el silenciador. Luego mata a Luis Robledo y a su compañero, Ulpiano Ledo.
