En 1994, hizo contacto con una mujer de 45 años llamada Sheila Faith en un sitio de redes sociales. La hija de Faith de 15 años, Debbie, sufría de espina bífida y estaba confinada a una silla de ruedas. Robinson convenció a Faith de mudarse a Kansas City, donde mató tanto a la madre como a la hija y comenzó a cobrar los cheques de pensión de Faith.
En 1997, Robinson conoció a la inmigrante polaca de 21 años Izabela Lewicka en una sala de chat de BDSM. Izabela fue convencida de abandonar el colegio comunitario y mudarse con Robinson de Indiana a Kansas City para convertirse en su esclava sexual y pasante en un negocio de publicidad inexistente que Robinson había alegado dirigir. Ella firmó un contrato de esclavos de 115 cláusulas que le daba a Robinson el control total de la vida de Lewicka, y la posesión de todas sus pertenencias, incluyendo sus cuentas bancarias. Sin embargo, en agosto de 1999, Robinson mató a Lewicka, y cuando la gente que conocía a Robinson y a su esclava sexual preguntó por la repentina desaparición de la joven, Robinson les dijo que había sido sorprendida con drogas y que había sido deportada a Polonia.
Poco después de asesinar a Lewicka, Robinson se encontró con la enfermera de 27 años Suzette Trouten en línea, y consiguió que se mudara a Kansas City ofreciéndole un trabajo ficticio cuidando de su padre. Poco después de que se mudara a Missouri, Robinson convenció a Trouten para firmar un contrato de esclavos, pero como Lewicka, también asesinó a la joven enfermera. Para convencer a la familia de Trouten de que aún estaba viva, Robinson envió cartas a su madre, supuestamente escritas y enviadas por Suzette desde varias partes del mundo, pero todas estaban escritas a máquina, con una ortografía mejor que la usual de Trouten y además tenían matasellos de Kansas City, haciendo que la madre de la joven enfermera sospechara de juego sucio. Robinson luego le dijo a la madre de Trouten que había huído con un conocido después de haberle robado dinero.
En abril del año 2000, una mujer de Texas con la que John Edward Robinson se había estado comunicando en línea aceptó visitarlo en Kansas City para participar en una sesión de BDSM. Después de pasar el fin de semana juntos, la mujer fue a la policía, alegando que la había obligado a realizar actos sexuales contra su voluntad, y que había robado su dinero y sus pertenencias, incluyendo más de $700 dólares en juguetes sexuales.
Al mismo tiempo, otra mujer se puso en contacto con la policía sobre Robinson, alegando que fue particularmente violento hacia ella durante un encuentro sexual. La policía supo de una tercera mujer que estaba en el proceso de dejar su casa junto con su hija para convertirse en la esclava sexual de Robinson en Kansas City.
En consecuencia, las autoridades sabían que necesitaban actuar antes de que el marido y padre de mediana edad pudieran lastimar a alguien más, por lo que consiguieron una orden de registro para tratar de recuperar los juguetes sexuales robados, así como una orden de arresto contra Robinson. Sin embargo, cuando los investigadores visitaron la casa de Robinson, encontraron mucho más que cientos de dólares en juguetes sexuales.
