El origen del término en inglés y el concepto de “asesino serial” se atribuyen comúnmente al ex agente especial del FBI Robert Ressler en 1974, Ressler fue uno de los miembros fundadores de la Unidad Élite de Ciencias del Comportamiento (también conocida como “Mind Hunters” o “Psyche Squad”). Junto con su colega John Douglas, Ressler sirvió como modelo para el personaje Jack Crawford en la trilogía de Thomas Harris “Hannibal Lecter”.
En sus memorias de 1992, “Whoever Fights Monsters”, Ressler escribe que, a principios de los años 70, mientras asistía a una conferencia de una semana en la academia de policía británica, escuchó a un participante referirse a “crímenes seriales”, lo que significa “una serie de violaciones, robos, incendios, o asesinatos”. Ressler quedó tan impresionado con la frase que, al regresar a Quantico, comenzó a usar el término “asesino serial” en el caso del “Hijo de Sam” y en sus propias conferencias para describir “el asesinato de aquellos que cometen un asesinato, luego otro y otro de una manera bastante repetitiva”.
Ressler dijo que la descripción le recordaba al término de la industria cinematográfica “aventuras en serie” que se refería a cortometrajes episódicos, con personajes como Batman y el Llanero Solitario, que se exhibían en los cines el sábado por la tarde durante las décadas de 1930 y 1940. Cuando la mayoría de la gente piensa en series, piensan en las series clásicas de los años 30’s y 40’s y los esfuerzos abismales de los 50’s, pero las series (o seriales) se inventaron mucho antes que los “clásicos” y entretuvieron a la audiencia de la era muda también.
Estas series eran cortometrajes de aventuras que se proyectaban antes de la función principal. La historia en serie continuaba durante varios capítulos o episodios con el fin de atraer a la audiencia de nuevo al teatro la próxima semana. Las series llegaron a ser conocidas como “cliffhangers” porque el héroe o la heroína se enfrentarían a un peligro inescapable al final de cada episodio sólo para ser rescatados milagrosamente al principio de la siguiente.
Cada semana, las audiencias juveniles en las matinés eran dejadas queriendo más. Como un niño que espera la última entrega de su cortometraje favorito, el asesino serial no podía esperar para cometer su siguiente atrocidad.
El agente del FBI recordaba desde su juventud que ningún episodio tuvo una conclusión satisfactoria y el final de cada uno aumentaba, en lugar de disminuir, la tensión en el espectador. Del mismo modo, Ressler creía que la conclusión de cada asesinato aumentaba la tensión y el deseo de un asesino serial de cometer un asesinato más perfecto en el futuro, uno más cercano a su fantasía ideal. En lugar de estar satisfechos cuando asesinan, los asesinos seriales se apresuran a repetir sus asesinatos en un interminable ciclo “serial”.
En su libro “Serial Killers: The Method and Madness of Monsters” (2004), el historiador de justicia penal Peter Vronsky argumenta que aunque Ressler podría haber acuñado el término “asesinato serial” dentro de la ley, en la Bramshill Police Academy en Gran Bretaña, los términos “homicidio serial” y “homicida serial” aparecen en el libro de John Brophy “The Meaning of Murder” (1966). En su estudio más reciente, Vronsky afirma que el término “asesinato serial” entró por primera vez en el uso popular estadounidense cuando fue publicado en The New York Times en la primavera de 1981, para describir al asesino serial de Atlanta Wayne Williams. Posteriormente, a lo largo de los años ochenta, el término fue utilizado en las páginas del New York Times en 233 ocasiones, pero a finales de la década de 1990, en la segunda década de la publicación, el uso del término escaló a 2,514 veces en el “periódico de referencia” nacional.
