Francia, como muchas naciones civilizadas, ha abolido desde hace largo tiempo la pena capital. La última ejecución fue a Hamida Djandoubi en Marsella, el 10 de Septiembre de 1977. En 1981, Francia finalmente confinó sus guillotinas a los libros de historia, pero fue mucho antes, que “el Hombre de París” fuera capaz de desempeñar su espeluznante oficio ante una audiencia. El lugar fue París, el convicto fue Eugen Weidmann, el verdugo fue Jules-Henri Desfourneaux y la fecha fue el 17 de junio de 1939.
Los verdugos franceses eran empleados localmente, así que si alguien era el verdugo de Rennes, sería conocido como “Monsieur de Rennes” o “el Hombre de Rennes” y así sucesivamente. En el siglo XIX, las ejecuciones en Francia se volvieron más centralizadas que al jefe ejecutor se le requería que viviera en París, y así fue como todos los verdugos adquirieron el apodo comunitario de “Monsieur de Paris” o “el Hombre de París”, sin importar en qué parte de Francia vivieran.
Weidmann no era nativo de Francia, de hecho él era alemán, nacido en Frankfurt el 5 de Febrero de 1908, en el seno de la familia de un empresario de exportación, y fue a la escuela allí. Fue enviado a vivir con sus abuelos en el estallido de la Primera Guerra Mundial y durante este tiempo, como muchos criminales, comenzó como delincuente juvenil, aprendiendo su oficio por medio del hurto, robo a tiendas y delitos similares, eventualmente sirviendo 5 años en la prisión de Saarbrucken por robo. Aunque nadie se imaginaba el tipo de carrera criminal que finalmente desarrollaría. Sus crímenes conmocionaron a toda la nación, y probablemente no ayudó el que Weidmann fuera alemán, debido al bagaje histórico entre los dos países. Su muerte sería en partes iguales perversa e histórica, ya que fue la última ejecución pública de Francia.
Mientras purgaba su condena, Weidmann encontró a dos hombres que más adelante se convertirían en sus socios en el crimen: Roger Million y Jean Blanc. Después de su liberación de la cárcel, optaron por ignorar aquellos crímenes menos lucrativos como el robo y decidieron trabajar juntos para secuestrar a turistas ricos que visitaban Francia y así pedir fuertes sumas de dinero a cambio de devolverlos sanos y salvos. Pero como sucedieron las cosas, en lugar de ser liberados, fueron asesinados y sus cuerpos desechados.
Alquilaron una villa en Saint Cloud, cerca de París, para este propósito, ya que era el lugar de más alta concentración de potenciales víctimas. Su primer intento de secuestro terminó en fracaso ya que su víctima luchó demasiado duro, forzándolos a dejarlo ir. El segundo intento con una bailarina neoyorquina que visitaba Francia, Jean de Koven, fue más exitoso. Jean conoció a un joven conocido sólo como Bobby, que hablaba con un marcado acento alemán, y concertaron una cita unos días después.
Cuando Jean De Koven dejó el vestíbulo del hotel el 26 de julio de 1937 con su nuevo conocido, sería la última vez que su tía quien la acompañaba, la volvería a ver viva. Weidmann la habría estrangulado, enterrándola bajo un camino de piedras que llevaban al jardín de la villa en julio de 1937. El grupo entonces envió a la amante de Million, Collette Tricot, para cobrar los cheques de viajero de Koven. En esa ocasión obtuvieron 300 francos en efectivo y 430 dólares en cheques de viajero.
