El 27 de julio de 1981, Adam Walsh, un niño de seis años, desapareció de un centro comercial de Hollywood, al sur de Florida. Su madre, Reve Walsh, lo dejó en el departamento de juguetes jugando videojuegos durante varios minutos, y cuando ella regresó, él se había ido. La policía cree que una guardia de seguridad le pidió a un puñado de chicos que estaban jugando videojuegos que salieran de la tienda. Se cree que Adam estaba agrupado con esos niños, y que lo dejaron solo afuera de la tienda. Esa fue la última vez que lo vieron. Dos semanas más tarde, la cabeza decapitada de Adam se encontró en un canal de Vero Beach, y hasta el día de hoy, el resto de su cuerpo no ha podido ser recuperado.
Este fue un crimen que indignó a toda una nación e impulsó al padre de Adam, John Walsh, un ejecutivo de marketing de hoteles de clase media, a convertirse en uno de los defensores de niños desaparecidos más conocidos del país y a dedicar su vida a combatir al crimen en el programa de televisión “America’s Most Wanted”.
El caso se quedó sin resolver por 27 años hasta que la policía declaró en el 2008, que Ottis Toole, el pedófilo y asesino serial condenado, que era conocido por confesar asesinatos que no había cometido, confesó el asesinato de Adam Walsh en 1983. Debido a una investigación malograda, Toole murió en la prisión antes de que la policía cerrara el caso y lo nombrara como el asesino.
Toole dijo por primera vez a la policía que mató a Adam Walsh en octubre de 1983, un día después de que una historia sobre Adam se transmitiera en la NBC. Toole, que estaba cumpliendo una condena en la cárcel del condado de Duval en Jacksonville, dijo a los detectives de Hollywood que había secuestrado a Adam en un Cadillac blanco, modelo 1971 y que su compañero, Henry Lee Lucas, usó una bayoneta para cortar la cabeza del niño.
Testigos han ubicado a Toole y a su Cadillac en el centro comercial ese día, y la policía dijo que sabía detalles que sólo el asesino podría haber sabido. Toole llevó a la policía al Hollywood Mall, donde identificó correctamente el lugar de la tienda donde Adam había sido secuestrado, luego hacia una carretera de terracería cerca de la milla 126 en la autopista, donde dijo que había enterrado el cuerpo, hasta un canal cerca de la milla 130, donde señaló correctamente el lugar donde la cabeza de Adam había sido descubierta.
El informe del médico forense coincidía con los elementos clave del relato de Toole: Adam había sido puesto boca abajo cuando fue decapitado. Su cabeza fue cortada con tres o cinco golpes de cuchillo.
Unos días después de que Toole confesara, la policía anunció que el caso estaba resuelto. Pero no pudieron acusarlo cuando se dieron cuenta de que Lucas estaba en una cárcel de Maryland en el momento del secuestro. Toole revisó su historia: había trabajado solo y había usado un machete. Toole se retractaba y negaba cualquier papel en el asesinato, luego confesaba de nuevo, y se retractaba de nuevo. Los detectives se preocupaban por que Toole confesara cualquier cosa con tal de que lo sacaran por un momento de prisión y que le dieran buena comida y cigarrillos.
