En Knoxville constantemente robaron y torturaron a los desamparados pioneros. Unos años más tarde, Micajah y Wiley comenzarían su llamado “sendero de la muerte” – una matanza a través de Tennessee, Kentucky e Illinois.
En 1797 los trastornados hermanos fueron echados de Knoxville, Tennessee, porque fueron atrapados robando cerdos y caballos y acusados de algo peor: matar a un hombre, llenando su pecho con piedras, y tirándole en un río. Esto se convertiría en un método regular por el cual los Harpe disponían de los cuerpos de sus víctimas – un método que posteriormente los marcaría como asesinos seriales.
Después de dejar Knoxville, los hermanos continuaron en Kentucky. Aquí asesinaron a unas cuantas personas más. Cuando las autoridades comenzaron a hacer preguntas, un posadero señaló que ellos eran los culpables de los asesinatos. Fueron perseguidos y eventualmente atrapados y encarcelados en Danville, Kentucky.
Los Harpe no permanecieron detrás de las rejas por mucho tiempo. De alguna manera, lograron escapar, y lo primero que hicieron fue matar al hijo del hombre que ayudó a las autoridades a atraparlos.
Con una recompensa de $300 dólares para cada uno de ellos colocado por el gobernador de Kentucky, James Garrard, los hermanos estaban constantemente huyendo. En su camino hacia el norte, “Big” y “Little” Harpe mataron a cinco hombres más. Cuando llegaron al sur de Illinois, encontraron refugio en un lugar llamado “Cave-in-Rock” o “Cueva en la Roca”. Este era el bastión de Samuel Mason, un notorio pirata de ríos y líder de la banda que atacaba los botes de fondo plano que navegaban por el río de Ohio. Muy pronto, la banda de Mason notó que algo no estaba bien con los hermanos. Algunas de las cosas extremadamente violentas y aterradoras que le hicieron a la gente eran demasiado incluso para esta despiadada pandilla de piratas. Las cosas fueron demasiado lejos cuando los Harpe comenzaron a llevar a las personas capturadas a la cima de un acantilado, desnudándolas y matándolas forzándolas a caer. La banda de Mason decidió que era hora de que se fueran y los expulsaron de su fortaleza.
Los perversos asesinos, junto con sus esposas e hijos, regresaron a Tennessee. Los asesinatos no se detuvieron, de hecho, comenzaron a matar aún más gente: William Ballard, que había sido destripado y lanzado al Río Holton; James Brassel, que tenía la garganta acuchillada; y John Graves y su hijo adolescente, quienes fueron encontrados muertos con sus cabezas cortadas a hachazos. En el condado de Logan, los hermanos mataron a una niña, a un joven esclavo y a toda una familia que dormía en su campamento.
En agosto de 1798, “Big” Harpe cometió su más terrible crimen: aplastó la cabeza de su hija contra un árbol. Dijo que lo hizo porque le molestaba que llorara constantemente. Más tarde, declaró que este era el único asesinato por el cual sentía remordimiento. Una semana después, los hermanos se embarcaron en una serie de asesinatos aún más terrible.
La familia Stegall en el condado de Webster les ofreció refugio en su casa. No eran conscientes de la gente tan terrible que estaban dejando entrar. Esa noche, los Harpe mataron a otro invitado llamado Mayor William Love, al niño de cuatro meses de Stegall (porque lloró), y a la señora Stegall, cuando gritó después de ver a su hijo muerto.
